Pueblo Muisca gente de
principios, valores y sabiduría
La Casa del Fuego y el Amor, un espacio
para encuentro espiritual y formación cultural propia de los muiscas, habitantes de Bosa Centro en Bogotá.
Carlos Hernández / Periodista
Fotografías: Esther Pana Pana
Fotografías Cortesía muisca: Escuela de formación muisca
Hijos del agua y el maíz, preservan el valor y la importancia de sus mayores, el espíritu del agua tiene dos fuerzas como la montaña y la laguna, como padres y madres desde su origen. Se relacionan con el maíz porque toda semilla tiene un proceso evolutivo en cada familia con un plan, un propósito y un objetivo, teniendo cuenta un valor significativo que va creciendo hacia la luz, así se describen los muiscas, pueblo indígena con una cosmovisión llena de espiritualidad.
En la actualidad, parte de los
muisca se encuentra en Bogotá, específicamente en las localidades de Bosa y
Suba. En la comunidad Gue Gata Thizhinzuqa (casa del fuego y el amor), ubicada
en Bosa Centro, vive un grupo importante de estos indígenas, su representante y
médico tradicional, John Alexander Orobajo, cuenta que los pueblos indígenas
siempre han sido hermanos por la madre tierra que los ha sostenido sin límites
geográfico, reconociendo su origen para cuidarlos y preservarlos.
“Hubo un ser muy importante para
la historia de nuestro pueblo indígena y
fue el cacique Turmequé, uno de los últimos que hubo en este pueblo, como la
figura más representativa de liderazgo y de gobierno, hoy entendido como el que
dirige la comunidad quien tuvo que pasar por un proceso de formación en una
cueva de sabiduría entre las rocas, que representa un vientre, desde pequeño con esa misión de educar a un
pueblo, con una alimentación muy específica sin sal, ají, tipos de carne,
recreando una cultura para las nuevas generaciones”, expresó Orobajo.
Luchan por sus derechos ante al Distrito
El camino de la lucha para estos indígenas muiscas ha sido cuesta arriba, a tal punto, que la describen como una dicotomía en algún momento de sus vidas. Esta comunidad muisca, al tratarse de sus constantes batallas por defender sus derechos y ser reconocidos como una autoridad de su pueblo, ha tenido que auto reconocerse, y emprender otro rumbo sin perder su cosmovisión y cultura.
“…Siempre luchamos mucho para que el Estado nos diera ese reconocimiento, pero con el paso del tiempo uno se va dando cuenta que el acto de reconocerse se lo debe dar uno mismo, cuando comprendimos eso dejamos de insistir; participamos en las luchas para ser reconocidos como cabildos en 1999 ante el Ministerio de Interior, por lo cual se logró que gocemos de algunos derechos como la salud, educación, libreta militar, mercados alimentarios, entre otras cosas, como una forma de suplir necesidades, pero a veces la misionalidad de los procesos cambian. En el 2013 llega una representante legal a la comunidad impuesta por el Distrito con otras directrices, del cual no compaginamos en trabajar desde nuestra cultura y muchos del proceso nos retiráramos”, puntualizó Orobajo.
En búsqueda de su propio proceso
autónomo y defender el goce de sus derechos constitucionales como pueblos
originarios del país, “el año pasado (2020) decidimos participar y ser parte de
las Autoridades Indígenas en Bakata, un proceso organizativo y político que
busca reivindicar y visibilizar a los pueblos indígenas en el Distrito”, resaltó
Orobajo.
Espacio para la educación propia
Es importante destacar que, a pesar de no ser reconocidos, los muiscas del fuego y el amor, mantienen aún sus prácticas tradicionales y espirituales. Han logrado mantenerse unidos para socializar sus saberes a los niños, jóvenes y adultos. Hoy cuentan con un espacio para la preservación de sus usos y costumbres, denominado Casa Indígena “Gue Gata Thizhinzuqa”, cuyo significado es “Casa del Fuego y el Amor”.
Una de sus prácticas, usos y
costumbres en la “Casa del Fuego y el Amor”, ha sido la medicina de la Osca que
significa el espíritu del tabaco, el humo de vida, el aliento del creador
relacionadas con el agua que nos limpia las preocupaciones, tristezas, miedos,
dificultades físicas y emocionales, por situaciones difíciles que vive el
mundo.
“Decidimos crear este espacio
como una forma de vivir nuestros mitos, haceres y oficios, para mantener el
pensamiento y la tradición, desde la dignidad del ser humano. Un aporte al
tejido comunitario de revitalización muisca, brindando perspectivas y
posibilidades para la preservación de nuestra madre tierra, a través de la
teatralidad endémica y la educación propia para niños y adultos que nos
permitirá seguir investigando, frecuentando, fermentando y socializando
artísticamente los saberes originarios. De esta manera, se propone diversos
Sistemas-Recordatorios y experiencias de EducAcción, es decir un cambio de
forma a través de la acción creativa del saber artístico, que tomando una
estructura occidental como es el teatro, la siembra de memorias y contenidos”,
destacó Braulio Puentes, artesano muisca.
Muy buena investigacion, excelente aporte cultural
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